Para continuar avanzando en la construcción de un país cada día más justo, soberano, independiente y popular es preciso profundizar en la creación de espacios que permitan a los grandes grupos de la sociedad la participación social, un hecho histórico difundido en las últimas décadas de la amplia y rica historia política argentina.
Canalizar las ideas, los sueños y la esperanza de amplios sectores sociales es nuestro gran desafío, que nos comienza a juntar, a discutir para visualizar un futuro despejado de viejos temores que provocaron la apatía y la desesperanza de muchos jóvenes y adultos durante décadas.
Nuestra gran tarea será darle forma y contenido a nuestras metas y recomponer con buenas herramientas la política, porque nuestra ciudad y nuestro país nos necesitarán a la altura de estas históricas circunstancias. Esto será posible entrelazando los múltiples pensamientos, ideas y proyectos trabajando en un todo hacia el bien común de los argentinos.
Para no vacilar entre eternas decepciones y miradas testimoniales que ven pasar el presente delante de sus ojos y dándole la espalda a las conquistas logradas por el movimiento popular. Espacios que solo se centran en la crítica descontextualizada sin generar cambios sustanciales y sin desarrollar una práctica que se condiga con los principios que dicen defender. Así se han denostando los grandes avances que ha experimentado nuestro pueblo en este período del presente. Por eso hoy más que nunca no podemos equivocar el camino: hemos llegado a una encrucijada histórica en la que se abren dos caminos opuestos, o profundización de la liberación y la integración o el retorno al neoliberalismo opresor.
Entendemos que este es el momento de darnos definiciones ante el proceso político que está atravesando nuestro país. De nada sirve seguir mirando al costado, nuestra historia nos presenta una situación auspiciosa donde debemos tomar partido por la defensa de las conquistas sociales, económicas y políticas que benefician a las grandes mayorías.
El 2001 fue un punto de inflexión en nuestra historia reciente. Esa situación de crisis y estallido social marcó un repudio generalizado y de no retorno con los planes de ajustes neoliberales que el pueblo Argentino padeció y que también supo encontrar los caminos de resistencia y creación de otra realidad. El 2003 fue el momento donde esas reivindicaciones populares postergadas tuvieron la consagración institucional y el inicio de una nueva etapa que sigue despertando grandes esperanzas de justicia y transformación.
En este período muchas cosas se lograron: una Corte Suprema independiente, el plan de obras públicas más audaz de los últimos tiempos, la defensa del ahorro nacional merced al desmantelamiento de las AFJP, la obtención de la jubilación para más de 2 millones de nuestros adultos mayores, la recuperación de Aerolíneas Argentinas y del Correo, el avance sostenido en materia de derechos humanos y que juzga a los genocidas, la ley del matrimonio igualitario, una progresiva y continua redistribución del ingreso que va tornando a nuestro país en aquel que fue, siendo el país más igualitario de América Latina. También se ha dado el crecimiento económico sostenido más importante de los últimos 200 años, la asignación universal por hijo y su impacto en el crecimiento de la matrícula en la escuela pública y en la salud de loa niños, La construcción de más de 700 nuevas escuelas públicas, la ley de financiamiento educativo que eleva al 6% del PBI la inversión educativa, la construcción de miles de viviendas sociales del plan federal, la creación de 5 millones de puesto de trabajo entre el 2003 y el 2010.
Y muchas cosas más se van a lograr si somos capaces de tomar la política como herramienta de transformación de la realidad. Con ella debemos crear y ampliar los espacios de participación y tomarlos como propio, con el compromiso de militar este proyecto nacional para conseguir el objetivo de apuntalar la construcción y los logros y profundizar las transformaciones. Para seguir defendiendo el trabajo, interviniendo en la economía desde el Estado como regulador del mercado, y como defensor y promotor de la producción nacional. Aprovechando el posicionamiento estratégico de Argentina en su región y en el mundo, teniendo en cuenta nuestros recursos naturales y humanos y articulando al país en el camino de la integración latinoamericana y con las naciones del mundo que se encuentren en el mismo camino.
Por esto hoy, como consecuencia de la construcción de un espacio nacional inclusivo con la restitución de derechos humanos, sociales, políticos, y económicos y la gran apertura a la participación políticas de amplias masas de jóvenes de nuestro pueblo y luego del extraordinario respaldo popular que supo cosechar nuestra querida Presidenta y las acertadas medidas en favor de los intereses populares, tomamos el camino de sumarnos y comprometernos activamente con el proyecto nacional, aportando nuestros mejores principios de ética pública, solidaridad, compromiso, conocimientos, capacidades, gestión y por sobre todo amor por nuestro país.
Y allí estaremos para llenar de contenido nuestra democracia, para hacerla más grande, para devolverle lo merecido y lo que le pertenece a la gente, al pueblo, marcando el camino para un recorrido que no será otro más que el de la victoria para quienes se animen a soñar de pie y con los ojos bien abiertos, para ser los dueños de nuestro destino, de nuestro futuro; para seguir luchando por más inclusión, más trabajo, más industrias, defender el empleo, garantizar la salud y los derechos humanos de millones de compatriotas.
Invitamos a todos y a todas a sumarse a participar, con sus experiencias, sus procedencias, sus saberes y aportes para construir juntos una nueva identidad política y democrática sumada a las distintas vocaciones militantes que integran el frente nacional.
Para seguir profundizando el modelo nacional – popular
Nace
“ESPACIO POLÍTICO DE LA ESPERANZA”
ARGENTINA 21
¡Unidos podemos seguir transformando Argentina!
Soñando un futuro para todos.
Contacto: epea21@gmail.com
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